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Economías regionales en jaque: importaciones y crisis en el interior del país

  • Foto del escritor: productoracontenid
    productoracontenid
  • 26 may
  • 1 Min. de lectura

La apertura indiscriminada de importaciones de alimentos produjo un fuerte impacto negativo en las economías regionales argentinas. Hoy se consumen productos como peras chinas, naranjas egipcias y tomates chilenos, desplazando la producción local y profundizando la crisis de sectores tradicionales como la fruticultura y horticultura.


Esta imagen podría tener derechos de autor.
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Los casos de Salta, Río Negro y Cuyo reflejan esta situación. Productores de banana, limón y tomate tuvieron que regalar sus cosechas por la falta de compradores, ya que los enlatadores prefieren importar productos más baratos. La llegada de peras chinas, en un país que es segundo productor mundial, es un símbolo del retroceso productivo nacional.

A esta situación se suma el impacto social: los trabajadores rurales, ya vulnerables, ven peligrar su fuente de ingreso. Las medidas de desregulación y la falta de un régimen de promoción agravan la situación, dejando sin herramientas a pequeños y medianos productores para sostener su actividad.

Productores realizan un llamado urgente a implementar políticas públicas que fomenten el arraigo, el valor agregado, y la articulación público-privada para proyectar a la Argentina como un proveedor estratégico de alimentos. La importación no bajó precios: solo promovió un modelo extractivo y debilitó al entramado productivo local.

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