El campo frente a un cóctel explosivo: clima, política y economía
- productoracontenid
- 24 sept
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Una campaña clave bajo incertidumbre
Los productores argentinos enfrentan una temporada que podría ser récord o convertirse en una tormenta perfecta. Tras años de sequías y plagas, el invierno dejó suelos con gran humedad, ideales para trigo, cebada y granos gruesos. Con buenas semillas y tecnología disponible, la expectativa era superar los 150 millones de toneladas, pero la inestabilidad política y financiera puso un freno a la toma de decisiones.

Entre lluvias, dólar y costos productivos
La imprevisibilidad política y las oscilaciones del dólar complican las inversiones. Muchos productores compraron insumos a un tipo de cambio que hoy quedó atrasado, los créditos se encarecieron y miles de hectáreas están anegadas en Buenos Aires y Santa Fe. Un maíz bien hecho puede costar más de 500 US$/ha y la soja entre 250 y 350 US$/ha, cifras que obligan a calcular cada movimiento con cuidado.
Mercados internacionales y aranceles inciertos
El panorama externo también añade presión. Estados Unidos ajustó aranceles que afectan indirectamente a la Argentina, mientras Brasil aplica un 50 % a la carne vacuna, cambiando flujos comerciales. Además, el acuerdo Unión Europea–Mercosur avanza con dudas sobre los compromisos que implicará para los productores locales, en un contexto de tensiones globales y competencia por mercados.
Productores expectantes y necesidad de estabilidad
El sector agropecuario invierte entre 16.000 y 18.000 millones de dólares por campaña solo en siembra y cosecha. Sin reglas claras y previsibilidad económica, tomar decisiones estratégicas se vuelve riesgoso. La esperanza está en que, tras las elecciones, se estabilicen las condiciones para aprovechar el potencial de una campaña que podría marcar un antes y un después.









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