Emergencia citrícola en Entre Ríos: productores al límite y sin crédito

La citricultura entrerriana atraviesa una de las crisis más duras de los últimos años. Las heladas y granizadas de julio de 2025 devastaron más de 800 hectáreas de cultivos en los departamentos Federación y Concordia, dejando a cientos de pequeños productores sin cosecha ni respaldo financiero. Aunque el Gobierno nacional declaró el estado de emergencia o desastre agropecuario, las medidas —centradas en exenciones impositivas— resultan insuficientes para reactivar una actividad vital para el norte entrerriano.

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Melania Zorzi, presidenta de FECIER, advirtió que sin créditos accesibles y con plazos reales de recuperación, muchos productores no podrán sostener sus quintas. “Necesitamos tasas razonables y tres o cuatro años de gracia; no alcanza con alivios fiscales”, sostuvo. La dirigente alertó que varios productores familiares ya abandonaron la actividad o incluso cortaron sus plantas ante la imposibilidad de continuar.

Más allá de la pérdida productiva, el impacto social es enorme. La citricultura genera más de 10.000 empleos directos y sostiene la economía regional, incluyendo sectores como logística, empaques y transporte. Sin una política activa de apoyo, la zona corre el riesgo de ver desmoronarse un entramado social y económico que tardó décadas en consolidarse.

Pese al panorama adverso, los productores mantienen la esperanza de una pronta apertura del mercado estadounidense para los cítricos dulces, lo que podría dinamizar las exportaciones y mejorar los precios internos. La consigna del sector es clara: sin financiamiento real, la recuperación será imposible.