Cotorras: una amenaza creciente para la fruticultura
- productoracontenid
- 1 oct
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Las cotorras, junto con los loros barranqueros, se han convertido en una plaga de alto impacto en las regiones frutícolas de Mendoza y del Valle de Río Negro y Neuquén. Productores reportan pérdidas de entre el 10% y el 30% en cultivos de ciruela, pera, durazno, vid y frutos secos, con casos extremos que superan ese porcentaje. Además del perjuicio económico, estas aves representan un riesgo sanitario al transmitir psitacosis, una enfermedad zoonótica.

El problema se agrava con la proliferación de la “cata”, una especie invasora más dañina que el loro barranquero. Esta ave ataca desde las flores hasta el fruto maduro, generando un nivel de daño sin precedentes y multiplicando su población de forma acelerada.
Las medidas adoptadas por los productores, como la destrucción de nidos, no han dado resultados efectivos. Expertos insisten en la necesidad de un plan integral y regional que involucre a municipios, cámaras de productores y organismos provinciales. El objetivo no es eliminar la plaga —casi imposible— sino reducir su impacto con políticas preventivas y sostenidas.
De no aplicarse soluciones colectivas, el avance de esta plaga podría comprometer seriamente la viabilidad de las explotaciones frutícolas. Los productores reclaman urgencia, conscientes de que la estabilidad de las economías regionales está en juego.









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