Las recientes decisiones de Estados Unidos y China han encendido las alarmas en el sector agroindustrial argentino. Por un lado, Donald Trump ha anunciado la imposición de nuevos aranceles a productos agrícolas extranjeros a partir del 2 de abril, lo que afectaría principalmente a exportaciones clave como el limón, sector que ha crecido tras la reapertura del mercado estadounidense en 2017.

A su vez, China ha suspendido temporalmente la importación de carne de Argentina, Brasil, Uruguay y Mongolia, alegando irregularidades en los controles sanitarios. Este bloqueo afecta directamente a uno de los mercados más importantes para la carne bovina argentina, ya que China representa un alto porcentaje de sus exportaciones.
El impacto de estos cambios podría ser devastador para varias industrias. Si bien el jugo de limón argentino quedaría exento de aranceles, el aceite esencial de limón, fundamental para la industria de bebidas, enfrentaría dificultades. Asimismo, la vitivinicultura argentina, que tiene en EE.UU. su principal comprador, podría ver reducidas sus exportaciones por un posible aumento de gravámenes.
Los empresarios del sector confían en que se puedan negociar acuerdos para mitigar los efectos negativos. Sin embargo, con la experiencia del biodiésel, cuya participación en el mercado estadounidense cayó drásticamente desde 2018 por medidas proteccionistas, existe incertidumbre sobre el futuro de las exportaciones agroindustriales argentinas.
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