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Motores verdes: debut histórico del Turismo Carretera 2000 con biocombustibles en Vaca Muerta

  • Foto del escritor: productoracontenid
    productoracontenid
  • 9 abr
  • 2 Min. de lectura

En un fin de semana que quedará marcado en la historia del automovilismo argentino, el Turismo Carretera 2000 (TC2000) debutó con biocombustibles en un escenario cargado de simbolismo: el Autódromo Parque Provincia del Neuquén, a metros del corazón petrolero de Vaca Muerta. Allí, entre rugidos de motores y un clima de innovación, se dio inicio a una nueva era sustentable en las pistas nacionales, con vehículos impulsados por una mezcla de nafta y un 40% de bioetanol conocida como E40. El gesto no solo fue técnico, sino político: llevar energía renovable a la cuna de los hidrocarburos.

Esta imagen podría tener derechos de autor
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La nueva categoría, impulsada por la ACTC, retoma la esencia de los sedanes de competición con modelos como el Renault Fluence, el Ford Focus, el Honda Civic y el Citroën C4 Lounge, todos equipados con potentes motores V6 de 500 HP diseñados por Berta S.A. Más allá del espectáculo visual y deportivo, el gran protagonista fue el combustible. El E40 no solo mejora el rendimiento, aumentando entre un 2 y un 3% la potencia gracias a su mayor octanaje, sino que también reduce significativamente la huella de carbono, lo que representa un hito para el deporte motor argentino.


El debut fue vibrante. Agustín Canapino se llevó la primera victoria con su Renault Fluence, pero Facundo Ardusso respondió en la segunda competencia con una victoria al mando de un Honda. Ambos pilotos, al igual que el resto del pelotón, coincidieron en destacar el buen desempeño del nuevo combustible, resaltando su potencia, confiabilidad y comportamiento en un trazado tan exigente como el neuquino. El resultado fue alentador tanto en lo técnico como en lo ambiental, abriendo nuevas puertas para la innovación.


Córdoba, una vez más, se posiciona como pionera en esta transición. Tras su experiencia en el Rally Cordobés con el E17, ahora redobla la apuesta con el E40 en una categoría nacional. Esta movida alinea al país con las tendencias globales, como las de la Fórmula 1, que también busca la neutralidad en carbono. Con este paso, el automovilismo argentino demuestra que velocidad y sostenibilidad pueden convivir y que el camino hacia un futuro más verde no solo es posible, sino inevitable.

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