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"Las industrias quieren que el pequeño productor desaparezca”

  • Foto del escritor: productoracontenid
    productoracontenid
  • 7 abr
  • 2 Min. de lectura

Productores yerbateros de Misiones, en especial los más pequeños, están en plena discusión sobre si levantan o no una prolongada protesta que los ha mantenido sin cosechar. Muchos, como Jorge Skripczuk desde el campamento de San Pedro, defienden seguir la huelga o trabajar solo lo justo para subsistir. La razón principal es la crisis de rentabilidad provocada por los bajos precios de la hoja verde, que han caído de $370-400 por kilo en 2023 a tan solo $140-170 en 2024, mientras los costos de producción se dispararon.




En la provincia existen cerca de 18.000 familias productoras, muchas con chacras menores a 10 hectáreas. A pesar de que la producción de yerba es una actividad de largo plazo —pues la planta requiere al menos cinco años para rendir—, los beneficios están quedando cada vez más concentrados en grandes molinos. Estos últimos manejan la mayor parte de la cadena productiva, situación que genera una fuerte desigualdad y presión sobre los pequeños agricultores.


Uno de los reclamos centrales de los productores es la disolución del rol regulador del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), lo cual eliminó los precios de referencia y dejó al sector sin herramientas de protección frente a los grandes compradores. Además, el pago diferido por parte de la industria (que llega a demorar hasta 180 días) hace inviable la subsistencia de los colonos, quienes no logran cubrir ni los servicios básicos.

Skripczuk y otros advierten que esta situación podría llevar a un éxodo rural, forzando a muchas familias a abandonar sus tierras.


A su juicio, el Estado debe retomar su función reguladora para garantizar precios justos y proteger la economía regional. Sin esa intervención, temen que tanto pequeños productores como secaderos desaparezcan, dejando el negocio en manos de unos pocos grandes actores.

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